Lorenzo, la sinceridad y el miedo

Me sorprendieron las declaraciones de Jorge Lorenzo tras el GP de Holanda. No es nada frecuente que un piloto se refiera como él lo hizo al miedo, mucho menos en público y con tanta concreción. En ocasiones he escuchado a otros hablar de tal sensación en privado y de una forma mucho más genérica o conceptual, básicamente porque este tipo de confesiones suelen ser interpretadas como debilidades por los rivales, que sin duda intentarán aprovecharlas a la primera oportunidad. Hay que ser muy honesto y sincero para decir tan abiertamente que se tiene miedo en un mundo donde ese término parece desterrado. Que Lorenzo lo haga le honra y espero que, como él mismo ha aclarado ahora en Alemania, resulte un fenómeno pasajero.

Esa provisionalidad es la clave. Si se limita a unas circunstancias concretas, que no se reproducirán fácilmente el problema no debería tener mayor trascendencia. Lo preocupante es que sí es posible que el escenario se repita en uno u otro momento, justo cuando deberemos permanecer muy atentos a la reacción de Lorenzo. Si el miedo se instala en su vida su carrera como piloto habrá acabado. No hay argumentos por ahora para pensar que vaya a ser así, pero no dejaría caer en saco roto las palabras del mallorquín, un aviso en toda regla sobre que quizá, sólo quizá, algo pueda estar cambiando para él. Deseo que lo ocurrido en Assen sea un capítulo aislado, porque Lorenzo aún tiene mucho bueno que ofrecer a este deporte en el que el miedo no tiene cabida.