El partido que nunca jugó Messi

Eran siete pasos y se dieron seis, todos firmados con victoria. De mejor o peor manera, convenciendo más o menos, pero se dieron hasta llegar a Maracaná. Argentina jugará esta noche la final que siempre soñó, aunque no ante el rival deseado. Ellos querían lo que todo el mundo creía, que Brasil fuese el rival a eliminar en el partido decisivo, además de por todo el morbo de tumbarles en su casa, por ser protagonista de la final de las finales.

En las seis victorias logradas hasta el momento, se implantó en la concentración de Sabella una tradición: hacer una selfie (foto) de grupo, con Leo Messi en el centro de todos, acunado por el resto de sus compañeros. La Pulga lo tiene todo para ser determinante, aunque cueste entender el cambio de rol que está teniendo en los partidos debido a las marcas individuales o colectivas que dejan poco espacio libre a la imaginación de un genio como él. En el Barça no firmó un buen curso. Se le esperó durante mucho tiempo, pero no apareció. Hoy tiene la oportunidad en un partido que nunca disputó. Sería bonito que no fallase.