La cima de Froome, Wiggins y las bellas suicidas

La Planche des Belles Filles, que se traduciría como La Tabla de las Chicas Bellas, debe su nombre a una leyenda. En 1635, durante la Guerra de los Treinta Años, las jóvenes de una villa vecina se refugiaban en esta montaña para huir de los mercenarios suecos que campaban por la región de Plancher-les-Mines y preferían suicidarse antes que ser violadas. Para ello saltaban desde una plataforma a un lago, hoy llamado Étang des Belles Filles (Estanque de las Chicas Bellas). Una estatua de madera rememora aquel episodio.

La única estación de esquí del Alto Saona acoge la primera etapa de gran montaña del Tour, como ya ocurrió en la anterior visita a esta cima. Los protagonistas de entonces son ahora los tres últimos ganadores en los Campos Elíseos: Cadel Evans (2011), Brad Wiggins (2012) y Chris Froo­me (2013). Ninguno pedaleará hoy por sus rampas.

Aquel 7 de julio de 2012, el Sky controlaba la subida cuando Evans arrancó a un kilómetro. Froome replicó al ataque y logró su primer triunfo en el Tour, mientras su líder Wiggins entraba a rueda del australiano y se enfundaba el maillot amarillo, que ya mantuvo hasta París.

Froome, que ya trabajó para Wiggins en la Vuelta 2011, que ganó Cobo, mostraba así su fortaleza, pero su líder lo dejó claro: “Viene a trabajar para mí”. Esta afirmación no evitó la polémica. Froome fue frenado por su equipo en La Toussuire y renunció a la etapa de Peyregudes para apoyar al jefe. “Sé cuánto anhelaba vencer, me siento decepcionada”, cizañó su pareja, Michelle Cound. “Es buen compañero y un futuro ganador del Tour”, cerró Wiggins, ya en París. Bingo. En 2013, Brad causó baja y Chris se coronó. Este año, Wiggins se quedó fuera de la alineación. Para evitar líos.