Las dos versiones de Valverde

Valverde se exhibió en la Clásica de San Sebastián. Gran victoria la suya. Una más en su palmarés. La décima del año. Llega en un buen momento. Cuando más lo necesitaba, porque del Tour salió tristón. Aunque consiguió su mejor clasificación en la prueba francesa (cuarto puesto), le bajaron del podio en la penúltima etapa por deméritos propios tras una mala contrarreloj; su estado de forma dejaba dudas para la Vuelta. Ahora la cosa ha cambiado. Valverde mostró en San Sebastián una fortaleza admirable. Primero, para aguantar sin problemas un recorrido de más de doscientos kilómetros con seis puertos; después, para resistir a Purito en tres rampas del 20%; por último, para atacar en la bajada y ser capaz de que no le cogieran.

Fue un triunfo de prestigio que le reivindica, y le da el liderato en la clasificación mundial. Estamos ante un ciclista completo, aunque el debate sobre las dos versiones de Valverde no cesa. Su palmarés dice que es mejor corredor de clásicas que de vueltas, pero parece olvidarse que ha sido una vez ganador de la Vuelta, dos veces segundo y dos veces tercero; en el Tour tiene un cuarto y un quinto puestos, y el Giro nunca lo ha corrido. A nivel de grandes vueltas se encuentra en el pelotón de cabeza, exactamente igual que en las carreras de un día. En las grandes vueltas sube al podio el 33% de las veces; en las grandes clásicas, el 36%. No está tan lejos, por tanto, el Valverde que vimos ayer del que queremos ver en la Vuelta. Sólo tiene que creérselo.