Mucho Bale, poco Iker

Medio Madrid. Lisboa, tan cerca, tan lejos. De salida faltaban Cristiano, Di María, Khedira, Benzema, Marcelo, Coentrao y Varane, presentes en la noche mágica de Da Luz, y tampoco andaban por el abarrotado Michigan Stadium de Ann Arbor ni Kroos, ni James, ni Keylor, ni Falcao… Tantas ausencias ilustres que el Manchester españolizado de Mata, De Gea y Ander Herrera se envalentonó hasta parecer el Master Chef United. Combinaban con arte Rooney, Valencia, Welbeck y Young, dominando la escena ante 109.318 norteamericanos deseosos de ver al vigente Rey de Europa y no al aplicado aspirante adiestrado por The Wall (Van Gaal). El simulacro de Madrid navegaba sobre aguas turbulentas y al naufragio se unió un Casillas nervioso e inseguro. El segundo gol de los red devils fue un clamoroso despiste suyo. Iker lleva cuatro partidos consecutivos sin ángel. Atleti, Holanda, Chile y Manchester. No veo el final del túnel. Debe reaccionar ya o le espera el banquillo. Duele asumir esta realidad con un icono sagrado, pero el Madrid está por encima de todo. Y de todos. Que su verdugo se llamase Young (joven en inglés) fue una muesca cruel de un destino cada vez más incierto para el que fue sin discusión durante años el mejor portero del mundo… Ojalá que en Cardiff destierre las dudas ante el Sevilla y vuelva a ser el de los viejos tiempos.

Bale, bestial. La cara de la moneda la puso Bale. El galés es un tsunami con botas. Extremo imparable, veloz como un gamo, diabólico en sus remates de falta, picassiano en sus chilenas, magnífico como asistente, imponente en su puesta en escena… Asistí a la demostración portentosa del Galgo de Cardiff en La Bodega de Pepe, en Biescas (Huesca). Rocío, gran madridista, regaló a su marido Pepe, más vikingo todavía, una pantalla gigante de dos por dos metros para disfrutar mejor de los triunfos de su equipo. Cada repetición ofrecida por Tele 5 en el pantallón arrancaba el “ooooh” admirativo de los aficionados con cada acción de Bale. Sin duda, el MVP del tortuoso verano madridista.

El Factor JFK. La ‘J’ la puso el fichaje de James y la ‘K’ el de Kroos. Para que la trilogía sea perfecta, falta la ‘F’ de Falcao. A la espera de Benzema, que ya trota por Valdebebas, ha quedado claro que en la plantilla de Ancelotti no hay un solo relevo fiable para el francés. Isco es un crack, pero nunca será un delantero centro. Y a Bale, el único con gol hasta que coja la forma Cristiano, lo matas si le alejas de la banda. Hasta Carvajal ensayó de ariete. La afición quiere un nueve-nueve. Y Falcao está loco por la música. No sé a qué esperamos…

¿Y Di María? Si El Fideo se quiere ir, pues adiós. Pero es evidente que ante Inter de Milán, Roma y United se le echó terriblemente de menos. Di María es el siete pulmones de este equipo. Su presencia da otro aire al equipo e intimida al enemigo. Parece imposible evitar su marcha al París Saint-Germain, pero confiemos en los sermones impagables del Padre Carletto para que dé marcha atrás… Pero que no cunda el pánico. El baile de verdad empezará el 12 de agosto en Gales con la Supercopa de Europa y seguirá ante el Atleti a doble asalto en la Supercopa de España. Faltan muchos platos del menú. Y falta Cristiano. Con él a tope, el Madrid volverá a ser el rival a batir…