Hoy hace seis años. Seis años que comenzaran aquellos fabulosos y fastuosos Juegos de Pekín. Unos Juegos que en España se vieron interrumpidos por el accidente de Spanair. Unos Juegos que dejaron unas instalaciones, envidia del mundo entero. Jesús Mínguez, que estuvo allí, les cuenta que son de ellas. Desde luego, nada que ver con el lamentable legado de Atenas 2004, donde el paso del tiempo ha enterrado millones de euros. Una imagen que no se quiere volver a repetir. Por eso la insistencia del COI en el legado de los Juegos. Madrid no es que se quedara sin Juegos por culpa de ese tema, pero lo que nos dejó la candidatura es un centro acuático paralizado y sin futuro. El solo hecho de pensar en unos Juegos acaba pasando factura.

En Pekín no nos fue mal: 18 medallas. Seis años después, con una tremenda crisis por medio, tampoco estamos peor. En Pekín vimos ganar a Nadal, a la sincro por fin en el podio, a una Selección de baloncesto en el que ha sido considerado uno de los mejores partidos de la historia, a Pirri estrenar el medallero de la esgrima... Luego fuimos a Londres, y aun con una medalla menos, la impresión no fue mala. Apareció la gran Mireia Belmonte, Ona Carbonell tomó el relevo de Gemma Mengual, el waterpolo y el balonmano femeninos nos emocionaron, Maider Unda ganó la primera medalla de la lucha, Cal se convirtió en el mayor medallista español de todos los tiempos... Lo mejor es que nadie se queda por el camino. Todos siguen camino de Río.