Todo tiene su momento

Dorna, el promotor del Mundial de velocidad, ha conseguido el objetivo que se marcó en su momento en cuanto a la estructura del certamen. Su planteamiento ha sido posicionar MotoGP en un nivel muy superior al de las otras dos categorías, focalizando en ella el interés de los aficionados, patrocinadores, Prensa, equipos y pilotos. Algo así como la Fórmula 1 de las motos, pese a que se mantengan las otras cilindradas en un intento de preservar la filosofía de este campeonato desde sus orígenes. Es indiscutible que las clases superiores siempre han sido las más importantes aunque también que no existía la brecha que en la actualidad la separa de Moto3 y Moto2. Antes un piloto podía desarrollar toda su carrera deportiva en la cilindrada pequeña o media, algo que ahora es impensable puesto que cualquiera de ellos aspira a llegar a MotoGP donde están la fama, el prestigio y el dinero.

Admitida tal realidad, lo que ya me parece menos acertado es que se produzca una tendencia de acelerar innecesariamente los plazos. Me refiero a que todo tiene su momento y no encuentro muy razonable precipitar los acontecimientos y empujar a pilotos demasiado jóvenes (y en buena lógica, inexpertos) a MotoGP. Lo comenzamos a escuchar hace algunas semanas con Jack Miller y ahora le toca el turno a Álex Rins, tentados por proyectos atractivos pero que les impedirían continuar con una progresión lógica que apunta a su paso por Moto2, además de tener más edad y también formación con motos de mayor cilindrada. No diría que el asunto tuviera que regularse, lo que sí que pienso es que los asesores de estos pilotos deben evaluar con mucho esmero lo que está en juego. Hay errores que tienen mal arreglo…