Sobre el talento de Marc Márquez hay poco ya que se pueda decir que no se haya dicho antes. A mí me sorprende prácticamente cada día, en cada gran premio, en cada entrenamiento y en cada carrera. Hace cosas que nunca había visto en pilotos de su categoría, no sólo subido en la moto sino también trabajando con su equipo. La complicidad que ha logrado con los componentes del Repsol Honda es tan absoluta que juntos alcanzan una eficacia que a día de hoy parece inalcanzable para el resto de sus rivales, incluyendo su compañero Dani Pedrosa, que en teoría dispone de medios idénticos a los suyos. Pero es que además él también ha aprendido a velocidad de vértigo los secretos técnicos de una categoría tan compleja como MotoGP.

En la calificación de Indianápolis volvió a dar una muestra más de esa cualidad. El circuito ha cambiado, el asfalto es diferente y los neumáticos que Bridgestone ha propuesto para la ocasión están provocando muchas incertidumbres, complicaciones e incluso caídas. Casi todos los protagonistas se preguntaban qué compuesto utilizar para carrera... menos uno. Márquez lo tenía claro nada más acabar la jornada del sábado, lo que sin duda le ayudará a afrontar el desafío de su décima victoria consecutiva con mayor tranquilidad. Incluso Jorge Lorenzo le preguntó justo al finalizar la sesión si sabía ya qué neumático elegiría; Marc, astuto e ingenioso como siempre, tuvo la respuesta justa: ‘Uno negro’. Eso es empezar a ganar antes de empezar a correr...