Lo terrible de asumir la derrota

La décima de diez posibles, todas consecutivas por tanto, cada domingo más líder. La temporada de Marc Márquez en MotoGP apunta a histórica y nadie se atreve ya a poner límites a sus posibilidades. Ni siquiera sus rivales. Y esto sí que es preocupante. Tengo la sensación de que grandísimos campeones como Rossi, Lorenzo o Pedrosa han asumido ya que ganar al ilerdense es una misión casi imposible en condiciones normales. Algo terrible para un piloto, para cualquier deportista de este nivel. Al escucharles después de una nueva exhibición de Marc en Indianápolis parecían resignados a su suerte, incluso conformes con ser los siguientes a la estela del intocable ganador de cada uno de los grandes premios de este año mágico.

Un planteamiento absolutamente pernicioso para quien busca la excelencia del triunfo, para conseguirlo, primero hay que creer que es posible. Y el abrumador dominio de Márquez parece haber acabado con ese planteamiento básico en la competición. El Pequeño Genio ha dinamitado, diría que de forma literal, los cimientos del motociclismo. Parece practicar un deporte distinto a los demás, hace cosas nunca antes vistas y alcanza logros que parecían inabordables. Sin duda alguna en el Mundial habrá un antes y un después a la llegada de este catalán de eterna sonrisa, todos los que estamos teniendo la fortuna de vivir su plenitud lo recordaremos como algo único, excepcional. Uno de los nuestros marcando época, ahí es nada...