Afellay se va sin haber estado

Ibrahim Afellay se va del Barça después de tres años y medio en el conjunto blaugrana. Su ausencia va a dejar un vacío en la afición semejante al que dejaría un ejecutivo de Philips Iberia que hubiera dirigido la división de Consumo y Estilo de Vida y que fichara por la General Electric. Además de su poco peso en la sociedad, tienen ambos en común que pasaron por Eindhoven. A Afellay se le puede recordar por el pase a Messi en la semifinal de Champions en el Bernabéu. Pero todo lo que yo pueda escribir de un pase ya lo expresó Héctor Enrique, que dijo “no hay para tanto, el gol se lo di hecho” después de cederle la pelota a Maradona ante Inglaterra en el centro del campo y que el Diego regateara a seis defensas para marcar.

Afellay se va como se iría quien arregla los grifos porque en el club se ha perdido el contacto con el aficionado. Todo se trata a nivel de comunicación corporativa. Ibi llegó y no se le dejó dar entrevistas, se lesionó y se le prohibió explicar su trabajo, jugaba y no le dejaban hablar. No hay un periodista que le haya conocido. No hay un aficionado que le tenga empatía. El fútbol de hoy en día es eso. O te vende tu marca o el club te esconde. Así pasa lo que pasa, que un día te vas y nadie sabe que has estado.