Nuestro atletismo, a examen

Los Europeos de atletismo llegan a un estadio carismático donde los haya, el Letzigrund de Zúrich, escenario de la reunión más prestigiosa del mundo: la Weltklasse. Allí donde sólo compiten los atletas más grandes, incluso cuesta trabajo entrar de telonero, el atletismo español se va a someter a examen. Nuestro atletismo lleva unos años de capa caída, obstinado el presidente Odriozola en presentar atletas y más atletas a las competiciones sin importarle cómo queden. Esa apuesta por la cantidad en lugar de la calidad ha supuesto un desprestigio de nuestro atletismo, un sinfín de frustraciones y una catarata de críticas. Estos Europeos dirán si ya hemos tocado fondo o si, por el contrario, continuamos en caída libre.

Quince medallistas en 2002, once en 2006, siete en 2010, cuatro en 2012... El número de finalistas sigue parecidas proporciones: 28, 26, 27, 14... El de participantes, en cambio, no desciende: 70,76, 82, 67... ahora 73. Una cifra que no se justifica con los resultados que se obtienen. La conclusión es que España acude a los campeonatos de secundaria, y ese papel no corresponde al nivel actual de nuestro deporte que tanto ha costado elevar. Odriozola dice que ha endurecido los criterios de clasificación, algo que sólo ha sucedido en algunas pruebas; en otras van atletas sin haber hecho la mínima este año. Mullera, uno de ellos. Pero sabida es la predilección de Odriozola por este atleta, salpicado por escándalos de presunto dopaje. Que de Zúrich salgamos bien parados.