El Atleti del Cholo no se desmanteló

El Atlético, vigente campeón de Liga y subcampeón de Europa, encara el nuevo curso con el mismo brío que concluyó el pasado, uno de los mejores de su historia. El temido desmantelamiento de la plantilla que se preveía al final de esa exitosa campaña no se produjo, principalmente, por la presencia de Simeone en el banquillo. El Cholo ha conseguido desde su llegada que de una vez por todas se imponga la buena gestión en la parcela deportiva. De momento no consigue todo lo que pide (léase la vuelta de Torres), pero cuenta con tanto mando en plaza que se ve en el banquillo del Atlético muchos años.

Mandzukic no es tan versátil ni tan rápido como Diego Costa, a Gámez y a Siqueira les cuesta asimilar los conceptos tácticos, Moyá no saca tan fuerte de puerta como el sistema requiere, pero si el Cholo le pone de titular en la Supercopa, Oblak, que se lo toma con calma, calentará banquillo todo el año. Hay desajustes, pero ahí siguen Godín, Miranda, Gabi, Koke (cada día más cerca de ser un proyecto para ser un crack) y Mario Suárez (si quiere ganar la Supercopa, debe jugar Mario porque en todas las finales que ha jugado Tiago de titular el Atleti no ha ganado). La tarea es dura. Nunca fue fácil para el Atlético. Pero Simeone es una garantía y otorga a los atléticos licencia para soñar (6 de junio de 2015, Berlín). Si el Cholo mantiene la humildad, seguirá obrando el milagro de que sus jugadores disputen cada balón como si fuera el último de su vida.