Khedira sólo tiene una salida

Khedira nunca fue un futbolista de paladar Bernabéu y, si impera la lógica, tiene las horas contadas en el Real Madrid, con destino Premier League o Bayern. Aunque el mercado dictará sentencia, su suerte parece que ya está echada. Por muy larga que sea la temporada, Ancelotti no tiene minutos suficientes para repartir entre tanto mediocentro, sobre todo con la llegada este verano de la otra K alemana, la de Kroos. En sólo dos partidos, el rubio alemán ha conseguido lo que no ha logrado su compatriota en cuatro años: meterse al madridismo en el bolsillo y tener la sensación de que se ha fichado al mejor jugador posible para manejar la sala de máquinas del equipo blanco el próximo lustro.

Khedira siempre ha dejado la sensación de ser más futbolista de lo que ha demostrado en el tiempo que lleva en el Madrid, seguramente atado por la necesidad de dejar volar a los que juegan por delante. Con Alemania sí se ha visto a otro Khedira, fajador sí, pero también llegador, atrevido e incluso creativo. Con Xabi Alonso y Modric, muy por delante de él, con la obligada paciencia con Illarramendi, el centrocampista alemán tendrá que irse con su título de campeón del mundo a otra parte. Kroos se conjuga en presente y futuro, mientras Khedira ya sólo se conjuga en pasado...