Red Bull vuelve a crear polémica

Varias e importantes connotaciones tiene la incorporación de Max Verstappen a la escudería Toro Rosso la próxima temporada. La primera de ellas apunta a la conveniencia de que un chaval de 17 años y con sólo una temporada en monoplazas llegue a la Fórmula 1; con esa mínima experiencia y por mucho que se prepare a partir de ahora se antoja como algo precipitado. Y si el chico lo hace bien, lo que quizá deberemos cuestionarnos es si ésta es realmente la categoría reina, el no va más del automovilismo deportivo. Otro aspecto clave de la operación es la situación en la que queda Carlos Sainz Jr., para quien en buena lógica parecía iba a ser ese volante de la segunda escudería de Red Bull, la empresa que ha llevado al madrileño hasta donde está.

Ahora Sainz Jr. se enfrenta a una complicada encrucijada, no le será fácil buscar un puesto en los grandes premios, casi imposible ya para el año próximo y veremos más a medio plazo. El español, como en su día hizo Alguersuari, confiaba en quienes ahora parece le van a dejar en la estacada, excepto que le ofrezcan en las próximas semanas una alternativa digna de consideración. Y en este capítulo de las traiciones, atención a las consecuencias de un nuevo desplante hacia Cepsa, patrocinador de Toro Rosso y cuya apuesta por Carlos puede haber caído en saco roto con la decisión de Red Bull. Desde la petrolera prefieren mantenerse en un discreto segundo plano pero lo ocurrido ha levantado tantas ampollas que podría dinamitar su colaboración.