El primer gol de James con el Madrid va a suponer un alivio para un chico que llega al club más exigente del mundo con una doble presión: su precio y defender la Bota de Oro que logró en Brasil. Es lógico que el colombiano esté ansioso por agradar, pero tiene que entender que en este equipo va a ser mucho más importante por lo que sea capaz de aportar al juego que por la cantidad de goles que consiga marcar. De momento Ancelotti le está buscando el hueco en un esquema que no es el que más le conviene, pero lo que está claro es que James es de ese tipo de futbolistas capacitados para poner en pie al Bernabéu.

De momento su personalidad y una espléndida zurda le valen para dejar píldoras que invitan a pensar que el club blanco ha hecho una gran inversión de futuro, pero necesita mejorar físicamente y adaptarse a un ritmo de juego mucho más exigente. Entonces será cuando veamos al verdadero James Rodríguez.