Empezó el partido con unas duras entradas del Atlético que molestaron mucho a los jugadores blancos. Estrada supo interpretar bien las que eran de tarjeta y otras que no lo fueron, por eso amonestó a Koke, Siqueira y Xabi Alonso en el primer tiempo, en el que tuvo pequeños errores como no señalar una falta que le hicieron a Casillas (fue Godín) y un saque de banda que tuvo que corregir al asistente. Después, al finalizar en primer tiempo, Ancelotti quiso justificar el mal juego de su equipo protestándole al árbitro cuando se retiraba a los vestuarios.

En el segundo tiempo Estrada tuvo una labor discreta. No se lució porque los jugadores se dedicaron más al contacto que a jugar, y eso terminó desluciendo su arbitraje. Encima, en el minuto 58’, no fue justo en la decisión que tomó cuando Mandzukic, en el salto con Ramos, le metió el codo hasta por dos veces. Luego, el defensa del Madrid, ya en el suelo, le dio con el puño en la cara. Le sacó amarilla a los dos. Lo justo hubiera sido que el jugador atlético hubiera visto la amarilla porque en su acción el balón estaba en juego, y que Ramos hubiera visto la roja porque la suya fue una agresión con el juego parado. En el 76’, acertó en no sacar la segunda amarilla a Mandzukic, ya que su mano no era jugada de peligro.

Ayer decíamos de Estrada que este chico es indeciso en las áreas y que siempre tiene la jugada tonta que estropea su labor. Y esto fue lo que ocurrió en el 89’ con 1-1 en el marcador. Fue en un tiro a puerta de Carvajal. Mario Suárez interceptó el disparo con la mano. Fue un penalti claro que debió de señalar en favor del Real Madrid.

A continuación Estrada se olvidó de varios agarrones con reiteración aplicando la ventaja y una vez terminada la jugada no tomó decisiones disciplinarias. Por esto su arbitraje quedó totalmente deslucido. En resumen, su actuación fue de más a menos y acabó en un mal arbitraje.