Las collejas del Cholo Simeone

El Diego Pablo Simeone futbolista era un volante llegador que entendía muy bien el juego. Bien dotado técnicamente, sus principales virtudes, además del rigor y control táctico, eran el coraje y la agresividad, a veces desmedida, por la que recibió críticas en lances que dieron la vuelta al mundo. El Diego Pablo Simeone entrenador ha conseguido trasmitir un mensaje que ha trascendido del fútbol a la sociedad con la cultura del esfuerzo como ejemplo superando a la cultura del pelotazo y la corrupción. El partido a partido del Cholo no es un topicazo. Es una realidad que vive la mayoría de la gente que se busca la vida partiendo de cero día a día con humildad, esfuerzo y entusiasmo, sacando fuerzas de flaqueza. Lo que ha hecho con el Atlético es alucinante. Ganar cinco títulos, venciendo en dos de tres finales al Real Madrid y superándole en una Liga histórica, convierten al Cholo en, posiblemente, el mejor entrenador del mundo.

El Simeone jugador y el Simeone entrenador son igual de ganadores. Pero en el Cholo entrenador todavía queda algo del futbolista con cortocircuitos macarras. Por eso se metió en el césped en la final de Lisboa y por eso le plantó dos collejas (collejitas) al cuarto árbitro cuando Borbalán le expulsó. Simeone se equivocó. No debe hacer eso. Aunque él sí pidió perdón y reconoció su error nada más acabar el partido, se le empezó a comparar con Mourinho y su dedo en el ojo. Le sobraron las collejas y el show tras el banquillo. Pero ya le tienen ganas muchos y desean que le metan un puro. Es lo que tiene ganar, Cholo.