Adolescentes a trescientos por hora

El asunto de las edades está perturbando el mundo del motor. Hace unos días, Toro Rosso ha comunicado que un adolescente de 16 años, Max Verstappen, será su piloto. Por otro lado, la FIM va a permitir que el quinceañero Fabio Quartararo dispute el Mundial de Moto3. En este caso, los dirigentes del motociclismo han sorteado la norma de la edad mínima de 16 años concediendo la gracia de correr el Mundial al ganador del CEV. Quartararo ya lo ganó hace un año y también lo hará en 2014. No hay duda de que es un prodigio, lo mismo que Verstappen. Estos mozos deben estar en 3º de la ESO, si no han repetido. No pueden votar, ni conducir un automóvil. Están sometidos a la tutela de sus padres. Creo que a todos los que tenemos hijos nos parece bien.

Pero hay a otros que no. Se emboscan en el término cazatalentos. Un cuento. El tema no necesita muchas explicaciones. Está mal y punto. Unos y otros, por los motivos que sean, ven la solución a sus problemas en críos. Unos buscan el anti Márquez. Los otros, véase Marko, un fin inescrutable (tiene tres grandes pilotos). No lo duden, persiguen su propio beneficio. El chaval importa un bledo. Tampoco veo que nadie exponga los riesgos. Ricardo Rodríguez, el primer miembro del baby boom en la F-1, debuto con 19 años en 1961. Murió en 1962, con 20. Hay quien olvida que en estos deportes los pilotos se juegan su vida y la de sus compañeros. No estaría mal que el CSD, en ese enigmático e interminable proyecto de Ley del Deporte, regulase esta importante cuestión.