En Mercedes tienen un problema

Durante muchos grandes premios, en Mercedes se han llenado la boca diciendo que no habría órdenes de equipo para sus pilotos en la lucha por el título. Tanto Toto Wolff como Niki Lauda hablaban de igualdad entre Nico Rosberg y Lewis Hamilton, renunciando al derecho que les concede la reglamentación de establecer una jerarquía interna en beneficio de los intereses de la escudería. Sin embargo, tras la carrera de Spa-Francorchamps el discurso ha cambiado, como era más que previsible y a todas luces razonable. Si entre dos personalidades tan competitivas, que persiguen el mismo objetivo y con los mismos medios no se pone orden, sólo puede ocurrir lo que vimos en Bélgica: dos monoplazas con los mismos colores chocándose en la lucha por ganar.

Un toque que acabó con la carrera de Hamilton y complicó las cosas a Rosberg, pero que además pudo haber terminado con los dos fuera de la pista. Inaceptable a todas luces cuando el Mundial está muy encarrilado para Mercedes aunque no decidido, especialmente si esta situación comenzara a repetirse cada domingo. El problema ahora será cómo los responsables de la escudería de la estrella manejan el conflicto, qué estrategia adoptan para proclamar a un líder de su proyecto cuando de forma reiterada habían abogado por esa equidad entre ellos. Algo tienen que hacer, sin duda, porque está claro que la tensión entre el alemán y el británico sólo puede ir a más, un lujo que no deberían permitirse... o sus rivales lo aprovecharán de nuevo.