El Real Madrid de ayer nos recordó al del curso pasado por estas fechas. Un equipo en construcción en el que, Carlo Ancelotti, iba probando cosas diferentes hasta que dio con la tecla adecuada y encontró el ansiado "equilibrio", tantas veces nombrado por el técnico italiano. Gran parte de ese equilibrio se lo daba Di María. El argentino era capaz por su recorrido y dinamismo de unir la zona de centro de campo con el tridente atacante y hacer el viaje de vuelta para defender. Pues el "fideo" ya no está.

Toca volver a empezar. El problema es el siguiente, si juegas con Kroos, Modric y Alonso en centro del campo, lo que le falta al equipo es desborde y profundidad, alguien que llegue a conectar con la BBC; y si juegas con James y otros dos el equipo se parte, ya que a los tres de arriba y al colombiano les cuesta replegar. Yo soy más del pensamiento de que en el fútbol moderno ataquen y defiendan los once, ser un bloque y sacrificarse todos. Con la calidad que tenemos, eso es igual a éxito.