El futbol no tiene memoria. O, por lo menos, tiene una memoria muy corta. Y esa realidad suele provocar grandes injusticias. En el Madrid también. Con la abundancia de críticas que han recibido Carlo Ancelotti y su equipo en los últimos días se ha podido comprobar que el 24 de mayo era una fecha de otro siglo. Parece que la Décima es ya un acontecimiento lejano. Por ello, el entrenador ha querido mandar un mensaje muy claro ayer.

Sin enfadarse, sin montar un espectáculo, con este humor fino que tan bien le caracteriza, Carletto ha recordado que su Madrid es el vigente campeón de Europa y que se le debe dar un voto de confianza. Algún margen para poder trabajar con tranquilidad en este arranque de temporada en el que, por lógica, las cosas nunca suelen ser perfectas. Ancelotti reclama esa confianza para él y su cuerpo técnico pero, sobre todo, para sus jugadores. Les quiere y les protege. La exigencia va ligada al éxito, pero el apoyo a los que han demostrado de sobra que son los mejores del continente también cuenta mucho. El madridismo lo debe entender.