Van Gaal, rebelde con causa en la revolución del Manchester

Polémico. “Esa pregunta no es correcta. ¿Vuélvala a hacer?”. Así se dirigió Louis Van Gaal a un periodista inglés en la rueda de prensa posterior a la debacle ante el modesto MK Dons en la Copa de la Liga. El holandés sale a bronca por partido con los medios. Pero antes de dejarnos caer en la aburrida lista de anécdotas que pretenden pintar al nuevo mánager del Manchester United como un tirano y poco amigo de las críticas, habría que escuchar a jugadores y miembros del cuerpo técnico que han estado a su lado.

Duro y querido. “Es un trozo de pan”, dicen muchos. Y a casi todos les ha hecho mejores con la misma técnica que aplica a la prensa: se pone duro, busca respuesta del interlocutor. Si la da, y si es mejor que la suya, éste acepta su punto de vista. Y sigue hacia adelante. No hay que tenerle miedo, sugieren todos.

Un gran reto. Me da, en todo caso, que su mayor preocupación no es la Prensa (nunca lo ha sido). Sino que cuenta con un equipo muy inferior al que creía tener. Cuando les ha visto de cerca, se ha dado cuenta de que no le servía ni Wellbeck, ni Cleverley, ni Chicharito, ni Evans, ni casi nadie vamos. Sabe mejor que nadie que Van Persie tiene cuerpo de señor mayor y que Rooney, pese a darle la capitanía, sólo podrá mejorar si le hace caso y recupera la disciplina fuera del campo. Un gran reto. Y le sorprende que muchos futbolistas de renombre (ingleses mayormente) hayan perdido una intensidad que parece difícil de recuperar.

Un sistema base. Van Gaal insiste en el 3-5-2 porque cree que es la mejor manera de sacar provecho del talento que tiene arriba, pero no descarta cambiarlo a un 4-3-3 que le permitiría dejar en el banquillo uno de los tres centrales de los que no se fía (Smalling, por ejemplo). A Di María le ha sorprendido el trabajo que queda por hacer, pero hay buen material para darle la vuelta al equipo, especialmente con la llegada de Blind y Falcao.

Pide tiempo. Van Gaal, que tuvo unos primeros tres meses malísimos en el Bayern pero sabe que para que el pastel tome forma hay que ser pacientes, insiste que le den un par de años para pelear la Liga. En aquella temporada en la Bundesliga, estuvieron a punto de echarle y acabó ganándola y llegando a la final de la Champions. A Van Gaal le han discutido cara a cara el sistema e incluso la elección de jugadores. De momento, sonríe y guiña el ojo. Yo me fiaría de él.