Carolina, leona y encantadora

Carolina Marín se ha convertido en una celebridad. En su deporte, al máximo nivel como campeona mundial; aquí, a nivel social, su popularidad crece día a día. Es una chica que despierta curiosidad, simpatía y admiración. Ayer nos visitó en AS, y se la mostramos tal cual es. Con la otra cara de sonrisa fácil, graciosa y contagiosa. Nada que ver con la “leona”, como ella se define, cuando está en la pista. En la pista, trabaja. En este sentido es como los humoristas, pero al revés. Los humoristas son personas muy divertidas en su vida laboral, pero también muy serias en su vida civil. Pues cuando Carolina juega es una fiera que utiliza todos los recursos habidos y por haber para ganar; cuando no trabaja, es un encanto.

En sus dos vidas tiene ángel. Es de esas personas llamadas a destacar en todo lo que hacen. Eso le ayuda a crecer en popularidad. Firme, decidida, segura... Le dio por el bádminton, y ahí está: campeona del mundo en un territorio exclusivo de los asiáticos. Pero eso sí, antes tuvo que aceptar cuanto le dijo Fernando Rivas, su entrenador: “Si quieres ser campeona tienes que hacer esto, esto y esto”. Exactamente como hizo Vergnoux con Mireia Belmonte. En el deporte sólo hay un camino para ganar: trabajo, trabajo y trabajo. Eso es lo que no se ve, ni queremos ver, porque luego aparece Carolina con su sonrisa y parece que todo es muy fácil. Pero de fácil nada. A ver si va a serlo ganar a cien millones de mujeres entre chinas, indonesias e indias.