Los tenistas se han retratado

Santana ganó dos veces Roland Garros; una, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos. Sin embargo, debe gran parte de su leyenda, al menos en España, a sus participaciones en la Copa Davis, cuya Ensaladera nunca logró alzar. En la Davis ganó a los mejores jugadores del mundo, y jugó una barbaridad de partidos: 120. De los jugadores en activo actuales quien más ha jugado ha sido Verdasco, y sólo son 30. Nuestro mejor tenista, Nadal, ha disputado uno menos. Nada que ver con las cifras de Santana, Orantes (87) o Gisbert (69). Eran otros tiempos donde no había tantos torneos en el circuito profesional. Pero no es el caso de otros jugadores, como Emilio Sánchez-Vicario. Llegó a jugar 55 partidos en la Copa Davis.

Emilio Sánchez-Vicario era un jugador tan profesional como los de ahora, que se hinchaba a jugar y a viajar. En 1991, por ejemplo, disputó 74 partidos en 26 torneos de 17 países diferentes. Y aún le daba tiempo a jugar la Davis, en tiempos difíciles además, porque el techo en aquella época lo teníamos muy bajo; había que jugar en muchas ocasiones, como ahora, por no descender. Fue a finales de los años 90 cuando se puso de moda renunciar a la Davis. Lo sufrió Santana, y lo recuerda bien. Curiosamente y a partir de entonces vinieron los grandes éxitos en la Davis. Pero los jugadores quedaron retratados. Si el calendario era amable se apuntaban; los marrones que se los comieran otros. Ahora pintan bastos y la mayoría se ha borrado.