Una etapa para saltarse el guión

El tríptico astur-leonés llega a su fin con la etapa de Somiedo. Tras subir las imponentes rampas de La Camperona el sábado, ascender ayer a los míticos Lagos y cubrir la etapa reina de hoy, la Vuelta debería quedar prácticamente vista para sentencia. La etapa de hoy es como para pegar un puñetazo sobre la mesa. Los Ancares quedarían el sábado para resolver batallas menores. Hoy es una etapa de ciclismo auténtico, del de toda la vida. Su exigencia nada tiene que envidiar a una etapa-tipo del Tour. La pendiente media de las tres últimas ascensiones es del 8,8% (La Cobertoria), 8,5% (San Lorenzo) y 6,2% (La Farrapona, en Somiedo). No se trata de un final en cuesta ni de una etapa monopuerto. Esto va de verdad. A ver si lo aprovechan.

La Camperona y los Lagos han dado para que Purito sacara 11 segundos de ventaja a Contador y a Froome, 20 a Aru y 28 a Valverde. Muy poco para todos los ataques que se han visto. Me temo que más bien han sido pellizcos de monja. No pueden llegar siempre tan juntos ciclistas de distinto corte en finales de semejante dureza. Debe de haber una razón para tanta igualdad. Será que el ciclismo control se impone. Ya pasó hace dos años en la etapa que acabó en el Cuitu Negro, después de coronar La Cobertoria y San Lorenzo, como sucederá hoy. Al final, sólo hubo dos segundos de ventaja de Purito sobre Contador y 19 sobre Valverde. Si la historia ya la conocemos, no hay más remedio que saltarse el guión. ¿Pero alguien se atreverá?