Plácido Rodríguez

Obsesión por el ‘Número 1’

En la presentación de la Información de Gestión del ejercicio 2013-2014, realizada por el presidente Florentino Pérez, llaman la atención dos elementos que corresponden a ámbitos diferentes pero que están muy relacionados. El primero se debe a una presión popular por las desinversiones del Real Madrid en lo que se refiere a su plantilla deportiva y el segundo trata de la forma en la que se presentan los resultados. Las salidas de Di María, de Xabi Alonso y la de menor impacto mediático, Diego López “han obligado” al presidente del Real Madrid a adelantar tres semanas parte de los argumentos que deberán repetirse en su sitio natural: la Asamblea convocada para el 21 de septiembre. Y la pregunta es, ¿por qué? Evidentemente por la derrota en Anoeta, lo que considero muy precipitado. La conferencia de prensa pretende dar una buena noticia a la afición: somos el club que tiene los mayores ingresos de mundo, somos el club de mayor valor en el mundo según la lista elaborada por Forbes, la gestión es excelente. Ese es el mensaje.

Para ello, por primera vez, el Madrid incluye entre sus ingresos (en la tabla) la plusvalía obtenida por el traspaso de jugadores, lo que eleva dichos ingresos de la temporada 2013-2014 a 603,9 millones de euros. Esta práctica, que realizan los clubes ingleses desde hace años separando claramente los que son ingresos normales de explotación de los posibles ingresos extraordinarios obtenidos por la venta de jugadores, en la documentación del Madrid apenas representa una pequeña separación en la tabla correspondiente, para confundir a los no iniciados. Estos ingresos nunca se han utilizado para establecer los ránkings de Deloitte, pero el Madrid está muy interesado en que se tengan en cuenta en la lucha por el ‘Número 1’. En las dos últimas temporadas el Madrid ha traspasado más jugadores por cantidades importantes que en las temporadas anteriores, sin duda por criterios contables. Hasta hace dos años ese no parecía un criterio relevante en la gestión del club, por lo que hay que buscar en el objetivo de no perder el Número 1 la razón de ese interés del Madrid en remarcar los fichajes de los jugadores como inversiones y en utilizar las plusvalías para asimilarlas a los ingresos corrientes.

Según Forbes el Madrid tiene un valor de 3,44 billones de dólares en el año 2014, pero después de los acuerdos firmados con Adidas y con la General Motors el valor del Manchester United, según Wall Street en el mes de mayo, ha ascendido hasta 3,6 billones de dólares. ¡El Número 1 está en peligro! Creo que esa es la razón del cambio contable, pues el índice de Forbes, entre otros conceptos, incluye el volumen de ingresos para establecer el ránking de los clubes más valiosos.

Del resto del informe se pueden comentar otras muchas cosas. Por ejemplo, se pone el énfasis sólo en los ingresos y de los gastos sólo se refleja el porcentaje que los gastos de personal representan sobre los gastos totales. ¿No ha habido minusvalías en las bajas de algunos jugadores como Kaká? Y si se argumenta que hay un ahorro de las fichas que no se van a pagar por el jugador en los años siguientes, ¿por qué en las cuentas anuales no se dice cuánto es el dinero comprometido para los próximos años con los jugadores con contrato en vigor? ¡Esperemos que la futura Ley del Deporte profundice en la transparencia! Y en este sentido, que el Madrid incorpore la información de lo que aporta a Hacienda y a la Seguridad Social es positivo.

Por otro lado, se siguen utilizando como variables angulares en la presentación de las cuentas la deuda neta (en vez de las deudas totales o bruta) y el EBITDA (que en la industria del fútbol se distorsiona en relación con otras industrias por el elevado valor de la amortización de jugadores). Se sigue insistiendo en que el modelo de ingresos que el Manchester United implantó hace una década, el de dividir los ingresos en tres tercios: márketing, estadio y televisión es el óptimo, cuando desde mi punto de vista ya no es así. Parece que hay una cierta culpabilidad en el Madrid por el reparto de los ingresos televisivos, que pretende disimular especificando unas “aportaciones de ayudas a otros clubes”. Y se hace la media del gasto en jugadores en los últimos cinco años (dicen que es de unos 50 millones por temporada) para no incluir los fichajes de Florentino Pérez en junio de 2009 (Kaká y Cristiano Ronaldo y compañía). La media subiría mucho (ver gráfico).

Por último hay que recordar que el Real Madrid es un club y no una sociedad anónima. Por tanto, insistir cada año como hace en especificar en sus cuentas anuales que la contribución de los socios supone el 9,1% sobre los ingresos totales es en realidad dar una información aislada y, desde mi punto de vista, un menosprecio a los socios y los abonados.

Plácido Rodríguez es Director del Observatorio Económico del Deporte.