El diésel se la juega el sábado

El técnico italiano, consciente de que el irregular inicio del equipo ha deprimido un poco al personal, ha decidido dar un paso al frente para intentar elevar la moral de la tropa justo en la semana en la que espera el equipo que más le ha complicado la vida desde que es entrenador del Madrid. Ancelotti, con el culo pelao y el curriculum repleto de títulos, pide un poco de confianza para él y sus chicos y recuerda que sus equipos siempre tardan en coger la forma. Se ve capacitado para volver a sacar una solución táctica como la del año pasado y arreglar los múltiples problemas con los que el Madrid ha empezado la competición. Carletto sabe que tiene un equipazo y sólo pide un poco de tiempo para que todo encaje y los resultados comiencen a llegar.

El problema es que al fondo aparecen los cholitos y 72 horas no parecen suficientes para que Ancelotti toque una tecla y todo se ponga a funcionar a la perfección. Además, el técnico italiano sabe que tanto movimiento en un vestuario que ha sido campeón de Europa suele tener consecuencias negativas, y aunque se empeña en hacernos creer que ha sido el responsable de las altas y las bajas, la afición blanca tiene la sensación de que lo único que ha hecho es ser sumiso con las decisiones que ha tomado el presidente. Su postura pública es comprensible porque una de las virtudes que le convirtió en entrenador del Madrid es su condición de hombre dócil de club, pero lo que luego no vale es rajar si la moneda sale cruz y los objetivos no llegan...