El Cholo y la emoción de los derbis

Simeone fue de menos a más con el Madrid. Siempre creyó que podía meter mano a los blancos y romper la racha de tres lustros sin ganarles del Atlético, pero públicamente declaró que el Madrid no era su rival y que el Atlético jugaba otra Liga. En aquellos primeros enfrentamientos como entrenador de 2012 sus palabras se interpretaron por algunos atléticos como que tiraba la toalla sin intentar pelear contra el eterno rival. Era un discurso lógico y estudiado porque la enorme diferencia de potencial daba escasísimas opciones al Atlético de ganar de nuevo un derbi.

Cuando configuró el equipo que él quería, el Cholo afrontó los derbis cada vez más convencido de que podía ganar al Madrid. La victoria en la final de Copa de 2013 en el Bernabéu fue el punto de inflexión. Le ganó a Mourinho como ganaba Mourinho con el Oporto y con el Inter de Milán. Y a partir de ahí los derbis volvieron a tener emoción. Cada vez que se enfrenta al Madrid se abre el debate de si el Atlético de Simeone es un equipo violento y agresivo. Y el Madrid sólo ha ganado bien al Atleti en la etapa del Cholo cuando jugó de manera violenta y agresiva, con intensidad se dijo entonces, en la ida de las semifinales de Copa. Los madridistas recuerdan ahora mucho la final de Lisboa. Los atléticos piensan en la de Berlín. Pelota a pelota. Partido a partido.