Ancelotti, Simeone y el derbi recuperado

¿Quién manda en la capital? A la pregunta contestó Cerezo con su proverbial sentido del humor: “Pues que yo sepa, el Ayuntamiento, que organiza el tráfico y todo...”. Cierto. Pero también es verdad que la pregunta circula en otro sentido en los mentideros futbolísticos de la ciudad. Tras tantos años en los que veíamos al Atlético incapaz de competir con el Madrid, helo ahí de nuevo. Una rivalidad recuperada. El Madrid ganó la Copa, el Atleti la Liga. Cara a cara, el Madrid se llevó la Champions en Lisboa, pero el Atlético ha respondido ganando la Supercopa en duelo también directo.

Vivimos una bonita víspera de derbi. Ancelotti rechazó (con una frase del siglo pasado, dijo bien el Telediario de La 1) lo de que el Atlético sea demasiado duro. Mejor estuvo cuando respondió a eso de que el Atlético es el equipo del pueblo. “El fútbol es del pueblo, no tal o cual equipo”. Simeone, por su parte, reiteró su respeto al Madrid y, falto de Di María, lanzó esta vez su elogio personalizado al jugador del Madrid que mejor puede agradecerlo en estos momentos, Casillas, que poco a poco va saliendo del pozo. Ancelotti y Simeone son dos personajes. Distintos, pero con gran peso ambos.

Los dos tienen tarea. A Ancelotti, la fiebre compradora de Florentino le ha desarmado el castillo de naipes. Que jueguen todos los que tienen que jugar (eso incluye a James y Benzema) y que el equipo repliegue bien es difícil. Se me ocurre que Bale haga de Di María, pero, ¿querrá? En cuanto al Atlético, la marcha de Diego Costa obliga a hacer algo distinto. La afición se ilusiona con los Koke, Gabi, Tiago, Arda, Cerci y Griezmann y aspira a un juego un poquito menos siderúrgico y algo más elaborado. Quizá llegue, pero no creo que hoy sea el día. Simeone hará ese experimento con gaseosa, no con nitroglicerina.