Mateu Lahoz deberá distinguir entre lo viril y lo brusco

No me da buenas sensaciones este enfrentamiento. Lo digo cuando está por medio la necesidad de ganar que tiene el equipo local después del palo recibido en Anoeta y el marcaje férreo que el Atlético nos tiene acostumbrados a realizar en esta clase de partidos. Mateu Lahoz está bien visto por ambos equipos, pero deberá atar en corto cualquier conato de dureza. Además, tendrá que arbitrar con una temperatura que se prevé alta, lo que ocasionará un desgaste brutal en lo físico. Por ello, habrá entradas a destiempo que le obligarán a diferenciar entre lo viril y lo brusco. Claro que Mateu intentará agilizar el juego, aunque me da que tendrá mucho trabajo y poco lucimiento, aparte de dialogar por el comportamiento de los jugadores.

Factores a su favor serán que los jugadores le conocen, que actualmente no guarda las tarjetas, que está siempre bien colocado y que es muy justo en la señalización de las faltas, así como que tiene muy buena compenetración con sus compañeros de las bandas. Por eso es el actual Silbato de Oro. Aún con todo lo dicho, tengo muchas dudas de que los jugadores colaboren para que todo discurra por los cauces de la deportividad. Ojalá me equivoque.

Inspira toda la confianza, a priori, puesto que en su último Madrid-Atlético (jornada 7 de la temporada pasada) tuvo una actuación sobresaliente. Es normal que vaya cubriendo etapas como han hecho otros árbitros hasta que llegue ese partido en el que tropiece. Pero, de momento, hay que aprovechar el momento álgido de este colegiado.

Creo que cuadra en el perfil de árbitro que se necesita en un derbi. Inspira toda la confianza de entrada por su experiencia, aunque será un encuentro muy duro y difícil de arbitrar.