Tienen asuntillos por resolver

Desde el equipo más grande al más pequeño, a estas alturas de la temporada no hay ni uno solo que funcione como un reloj suizo. Así que el trabajo del entrenador no consiste sólo en corregir problemas sino en hacer ver que lo tiene todo controlado, que sabe las respuestas a cualquier pregunta y que en todos los entrenamientos, partidos y conversaciones se puede sacar algo positivo. Por poner un ejemplo: el Marítimo portugués, con Leonel Pontés, el mentor de Cristiano en su primera experiencia como entrenador, perdió 4-0 ante Las Palmas en el último amistoso veraniego y se encendieron las alarmas. ¿No será que no está preparado para esto? Cayó derrotado ante el Oporto 2-0 en el primer partido de la liga, pero en la conferencia de prensa destacó la personalidad del equipo, las ocasiones que habían tenido, lo positivo. Fue el inicio del siguiente encuentro, que se ganó, como también el posterior.

En esas están Ancelotti y Simeone. Las dudas que plantean sus equipos llenan las tertulias de bar y las de los expertos, y escuchándolos parecería que nada tiene solución. Al atlético se le ve sonriente y todo lo ve de color de rosa pese a que debe inventarse, nada más y nada menos que una nueva forma de atacar, y Ancelotti habla del Madrid como equipo diésel, una manera inteligente de pedir tiempo porque debe inventarse otra manera de organizar el juego. Pero cuando hablan, no parece que tengan problemas en sus equipos, sino simplemente asuntillos para resolver. El encantador peso de las palabras.