Cuando parecían accesibles...

Ahora cuesta creerlo pero hace apenas días existía la sensación de que Estados Unidos era, esta vez sí, accesible. Expertos, entrenadores y jugadores veían equipos capaces de destronarles. Uno por encima de todos: España. Parece que ha pasado una eternidad, claro. La baza era la inexperiencia del bloque más joven desde que comenzaron a reunirse constelaciones NBA en Barcelona 92. Y que a los que ya habían pedido vez para Río 2016 (LeBron, Carmelo, Howard…) se había unido una purga casi completa del primer boceto del Team USA 2014: Westbrook , Love, Griffin, George, Aldridge y Durant. Sobre todo Durant.

Hasta que llegaron los partidos. El mensaje sobre la longitud de talento del baloncesto estadounidense actual es estruendoso: se habló mucho de cómo iban a cubrir sus carencias y demasiado poco de cómo iban los demás a ponerse delante de un tren de alta velocidad que ha dominado los partidos a su antojo desde un juego elástico y ultra agresivo. El manual de Coach K, que incluye libro de estilo: respeto a los rivales, aprendizaje del estilo FIBA y control de egos. Ahí, en el cambio cultural, comenzó a reconstruirse una supremacía que remata el talento. Una montaña de talento.