Cristiano, el insaciable

Cristiano nunca se cansa ni se da por satisfecho. No se cansa de competir, de mejorar, de superar sus propios récords... siempre quiere más. Ayer nos volvió a dejar otra exhibición de las suyas. El primer gol es una maravilla, de una dificultad máxima, al alcance de muy pocos cabeceadores en el mundo. El centro viene sin mucha fuerza, el balón ya cayendo, el propio Cristiano corriendo hacia atrás y a una distancia considerable del marco rival. Aún así se las ingenia para sacar un remate genial.

Quedará para el recuerdo como uno de los grandes cabezazos de su carrera. Pero el portugués no es sólo goles. Ayer, cuando encajamos el 2-6 y aunque el partido estaba resuelto, se mostró contrariado con la pasividad de la defensa en la acción. Ahí se demuestra una vez más el carácter ganador y competitivo de este futbolista que tenemos la suerte de disfrutar en el Real Madrid. Sus números son de extraterrestre. Y eso que, según dicen, aún no está al cien por cien de su rodilla...