Un puntazo para tanto desajuste

Decía Eduardo Berizzo en la previa del partido contra el Atlético que, a pesar de la entidad del rival, el Celta no renunciaría a su ideal futbolístico, pero que sí tomaría ciertas precauciones, sobre todo a balón parado. Es cierto que el equipo vigués fue fiel a su estilo e hizo tambalear durante muchos minutos el esquema del campeón. Incluso llegó a tenerlo noqueado, a un paso de caer a la lona. Sin embargo, el cuadro olívico resucitó a los rojiblancos con su juguete favorito: la estrategia. No se entiende la indolencia de los vigueses en esas jugadas, sabiendo el potencial rojiblanco en el fútbol aéreo.

Cada acción colchonera que requería el spray del árbitro afectaba al ritmo cardíaco del aficionado celeste. En el gol de Miranda, el central brasileño se encuentra libre de marca en área pequeña, pero es que detrás suya hay otros dos jugadores atléticos dispuestos para el remate. Lejos de aprender, en la siguiente acción Godín marca a placer de cabeza tras un saque de esquina. El marcador del uruguayo era Hugo Mallo, varios centímetros inferior en estatura. El Celta dio la cara ante el campeón, pero pagó caros sus errores, y no es la primera vez. Da gusto ver jugar al equipo de Berizzo, pero no pueden errar tanto atrás.