Ayer les recordábamos en las páginas de AS que la mayor goleada liguera del Madrid en su historia (a colación del sonado 2-8 en Riazor), fue un 11-2 al Elche sellado en 1960. Un resultado de otra época, en el que el melillense Pepillo, fallecido en 2003, fue capaz de meterle cinco goles a los ilicitanos en una tarde de locura y desenfreno ante la portería defendida por García. Pero el Elche que esta tarde visita el Bernabéu no parece tan frágil. A pesar de venir de perder en casa ante el Eibar, ganaron en Vallecas al Rayo (2-3) y juegan con un factor que a Fran Escribá le facilitará la preparación del partido: presión cero y a disfrutar que el Bernabéu es una ventana abierta al mundo entero.

Pero este Elche felizmente retornado a la división que le corresponde (ese estadio de 34.000 asientos y 25.000 abonados no puede estar en Segunda) se encontrará con un Madrid reactivado, emocional y futbolísticamente. La orgía de goles de Riazor ha permitido remontar el mazazo del derbi. Cristiano está desatado y hoy espera engordar su imparable cuenta goleadora. Bale nos vuelve a recordar al de la Gira de EE UU. Chicharito apunta a la titularidad tras demostrar que en el fútbol, como en la vida, un cuarto de hora es mucho si sabes aprovecharlo. Isco puede tener la opción de disfrutar de más minutos para pasear su magia. James ya es el James del Mundial y no “el que vino a suplir a Di María”. Y se estrena Keylor Navas. Sólo pido al Bernabéu una cosa. Anímenle. Apláudanle. A él y a todos. Madridismo.