Un grave error de cálculo de Marc Márquez

Mi devoción por Marc Márquez es pública y notoria, es un piloto que me entusiasma tanto dentro como fuera de la pista. Por eso soy incapaz de comprender cómo ha podido cometer en el GP de Aragón un error tan clamoroso, continuando sobre el asfalto cuando la caída parecía garantizada rodando con neumáticos lisos sobre la lluvia y sin tener necesidad alguna de asumir tanto riesgo. Entendía su duelo particular con Pedrosa, sabía que no entraría en el pit lane mientras que no lo hiciera su compañero de equipo, pero una vez que éste se fue al suelo ya no había motivo alguno para seguir adelante con semejante quimera (aunque parece ser que su equipo no tuvo tiempo de informarle al respecto), porque también se había caído previamente Rossi y Lorenzo había realizado el cambio de neumáticos empleando el mismo tiempo que él necesitaba entonces.

Lo grave para mí no es que haya tirado a la papelera los veinticinco puntos de una victoria o los veinte, en el peor de los casos, de un segundo puesto porque realmente tampoco los necesita de forma imperiosa. Lo que me extraña es que se haya arriesgado a sufrir un accidente que parecía asegurado, es cierto que en lluvia se rueda mucho más despacio pero eso no evita que la caída pueda llegar a doscientos por hora. ¿Qué diríamos ahora si su incidente se hubiera saldado con una lesión, sobre todo a dos semanas vista de un periplo de tres grande premios consecutivos? ¿Realmente tiene jugársela de esa manera sin necesidad alguna? Sólo me cabe pensar que Márquez se imaginaba protagonizando una nueva gesta, ganando una carrera en mojado con ruedas de seco, y eso le ha llevado a tanta temeridad. Desde luego que la decisión era sólo suya, aunque en esta ocasión creo que no ha sabido valorar en su justa medida lo que se ponía sobre el tapiz: caerse es parte del juego; buscarlo, un disparate.