P. P. San Martín

El reto: ser como el del Tottenham

Siendo jugador del Tottenham, a Luka Modric le distinguían sus zapatazos a gol desde fuera del área. En el Real Madrid recortó esta útil virtud, seguramente abrumado por la capacidad goleadora de sus compañeros. Se empleó más en la brega junto a Xabi Alonso, y también ahora con Kroos. Y por este trabajo gris, muchas veces anónimo, al que tampoco acompaña una imponente presencia (65 kilos), el croata ha pasado inadvertido en días de grandes gestas. La gran acusación que pesa sobre él es la de ‘desaparecer’ cuando el partido viene caliente. Y tiene esto algo de verdad, pero también algo de injusto. Modric no vende camisetas, no provoca un entusiasmo incondicional y tampoco transmite encanto, pero ‘Curra’, con mayúsculas, y además se descuelga con algún golazo de aquellos que nos recuerdan a sus tiempos de brillo en el Tottenham. El sábado marcó el séptimo en El Madrigal.

Modric se gana la confianza de Ancelotti apoyado en la regularidad. Con Khedira lesionado, no le gana el pulso por el puesto Illarra. Es cumplidor, más peleón que cuando llegó al Madrid y le ha tomado bien el aire al fútbol español. Es un ‘fijo’ en el once que se está viniendo arriba en un momento ideal. Si el croata fuera capaz de dar un pasito adelante, quitándose los complejos de verse rodeado de auténticos killers, multiplicaría su productividad. Modric tiene un reto por delante en esta temporada: destaparse como goleador. Igual que lo hizo en la Premier.