Pero mejor en el once titular...

Es evidente que Benzema puede resultar decisivo saliendo desde el banquillo. La noche búlgara de Champions del martes lo demostró. Sin embargo, sería un error pensar que el francés es mejor jugador cuando ejerce de revulsivo. No, la conclusión debe ser que Karim es, también, bueno cuando aparece en la segunda parte de un encuentro. Eso viene de la gran capacidad de adaptación que siempre ha ostentado desde su época en el Olympique de Lyon. Cuando un futbolista es tan dotado, sabe tan bien leer un partido, le resulta más fácil detectar las carencias de su equipo y darse cuenta de qué manera puede ayudar.

De la misma forma, no debemos equivocarnos y llegar a la conclusión de que hace falta ‘picarle’ de vez en cuando para que reaccione. Que es necesario castigarle y mandarle al banquillo para motivarle. Todo lo contrario. Este método tan útil con algunos no funciona con él. Todos los entrenadores de Benzema con los cuales he podido hablar me han dicho lo mismo: el delantero galo trabaja mejor cuando siente la confianza de los que le rodean. Por todo ello, hay que coger la gran actuación de Karim en Sofía como lo que es, una demostración del abanico de alternativas que puede ofrecer al Madrid.