P. P. San Martín

La defensa blanca peca de tibieza

No es tan difícil defender una jugada a balón parado. Los jugadores en acción defensiva son más en número y tienen a favor la ventaja del portero. Claro que, a esta obviedad, hay que sumarle los intangibles para ganar la recuperación del balón: concentración y contundencia. Aquí es donde ‘canta’ el Madrid. No es tanto por el riesgo de un marcaje zonal, sino más por la falta de tensión para no dejarse comer por los atacantes. Y en este paquete entran todos los jugadores, desde Casillas a Bale, estando muy repartida la pedrea de la responsabilidad en los cinco tantos encajados. Ancelotti ha de tomar serias medidas para rectificar esta laguna defensiva, ya sea metiendo presión a sus jugadores o modificando el sistema de marcajes a un modelo mixto.

La defensa del Madrid tiene altura y fuerza, pero peca de tibieza. No es explicable que repetidamente gane el primer palo un rival (Real Sociedad, Atlético y Ludogorets) de la forma más básica conocida. Porque un córner se puede perder, pero siempre en duelo poderoso por el aire, nunca por falta de atención en movimientos atacantes que ni siquiera pueden considerarse sorpresa. Y aquí hay jugadores señalados para dar el toque de corneta: Casillas, Ramos, Pepe y Kroos. Con su experiencia han de exigir a sus compañeros que dominen las posiciones en el área y cuerpear con energía y picardía. No es nada nuevo lo que se pide, pero es que a todo un campeón de Champions le están haciendo goles de primaria. Hay que solucionarlo con urgencia.