ACB: la vida sigue igual

Hace un año por estas fechas, el CSD ultimaba un documento escalofriante. Hablaba de “un claro indicativo del riesgo de suspensión de pagos”, porque “la ACB no ha generado en el periodo estudiado, a través de su actividad ordinaria, suficientes recursos para ser rentable”. Temblaron los cimientos de la ACB, se buscó un presidente ejecutivo que pusiera fin a la sangría que provocaba la pérdida de contratos y de patrocinadores, consecuencia de las bajas audiencias televisivas, y tras enzarzarse los clubes en una lucha que llegó a tener tintes políticos —algunos clubes son de las administraciones públicas— se llegó al acuerdo de nombrar a Francisco Roca. Casi un año después hay presidente, pero no hay programa. Todo sigue igual.

Sigue sobre todo el mismo sistema de competición que devalúa el interés de la Liga hasta la llegada de los playoff. Hoy mismo hay todo un Barcelona-Baskonia, que suena a partido grande, y sin embargo no será televisado en toda España. TVE ha elegido el Madrid-Gran Canaria de mañana, para agarrarse a una, al menos, discreta audiencia. Como ejemplo valga que el Barcelona-Baskonia de la pasada Supercopa tuvo una audiencia de 93.000 telespectadores, mientras que los partidos del Madrid rozaron una media de medio millón en la pasada Liga. Esta es la Liga que tenemos, y la Liga que comienza hoy con el mismo lastre que hace un año cuando saltaron las alarmas. Sólo el Madrid y el Barcelona, con el dinero del fútbol, están a salvo de la quema.