Eso es vender cara la derrota

¡Así se pierde una final! Dejándose hasta el alma. Y luego, en el podio, mostrando la mejor de las sonrisas y recibiendo la medalla con alegría. Cuando se da todo, la derrota no tiene por qué ser amarga. Lo malo no es perder, sino cómo se pierde. Pues nos podemos sentir orgullosos de cómo nuestras jugadoras perdieron la final del Mundobasket. El papelón era de aúpa. Estados Unidos se había presentado no con el equipo B ni con el C, sino con el A. En el primer cuarto ya nos ganaba por 28-17. La defensa, que había sido hasta entonces lo fuerte de la Selección, no funcionaba. Entre la estatura de Griner (2,03) y la velocidad de sus compañeras, Estados Unidos era imparable. Lo fácil hubiera sido bajar los brazos y esperar que el rival se apiadara.

Sucedió todo lo contrario. Se corrigieron fallos, y a cada canasta recibida se reaccionaba con mayor intensidad. Tal es así que de ese parcial de 28-17 se pasó al 20-12 del segundo cuarto, al 19-19 del tercero y al ¡10-16! del cuarto. O sea, que el segundo tiempo lo ganamos por 35-29. ¿Hubieran apretado más las americanas si hubiera sido necesario? Seguro. Pero tan cierto como el hecho de que las titulares de Estados Unidos actuaron ante España más que en ningún otro partido. Bird pasó de jugar 21 minutos de media a 22 ayer, Moore y Charles de 24 a 27, Taurasi de 22 a 27 y Griner de 19 a 22. Pues no nos regalaron mucho. Aún así se quedaron en su anotación más baja del Mundial. Ganar, ganaron, y bien, pero ya saben cómo se las gastan las españolas.