Un cúmulo de despropósitos en Suzuka

Jules Bianchi sigue luchando por su vida en un hospital de Japón. Es lo único realmente importante de cuanto podamos comentar sobre lo ocurrido en un GP de Japón para olvidar. Ojalá que la providencia y la labor de esos héroes anónimos que para mí son los médicos sirvan para que el francés pueda superar este difícil trago. Que tenga sólo algo de la suerte que le abandonó el domingo en Suzuka. Sí, fue un lance desafortunado como la mayoría de los accidentes, aunque en este caso sigo pensando que hubo circunstancias determinantes que pudieron haberse evitado. Lo tengo incluso más claro ahora que se ha hecho público el vídeo de un aficionado en el que se aprecia perfectamente lo que ocurrió, que no fue sino un cúmulo de despropósitos de la Dirección de Carrera.

El coche de seguridad debió neutralizar la competición con mayor celeridad y desde luego antes de que esa grúa (tampoco la más indicada para este tipo de trabajos por su voladizo) saliera a la escapatoria. Desde luego que era necesario sacar de allí lo antes posible el coche de Sutil, pero encuentro indiscutible que resultaba menos peligrosa la presencia en ese punto de un monoplaza que la de semejante mole. Y otro detalle desacertado en mi opinión: en el puesto de control número doce, apenas un par de metros más allá del lugar del accidente, ya ondeaban las banderas verdes de pista despejada. Innecesario y peligroso aunque correcto reglamentariamente. Es cierto que esas banderas indican a los pilotos el punto desde el que el peligro teórico desaparece, pero en este caso concreto pienso que por la proximidad podría conducir a error, sobre todo teniendo en cuenta la poca visibilidad reinante. ¿Tanto afectaba a la carrera haber retrasado esa señalización de pista libre hasta el siguiente puesto de control?