Todos los secretos de Nuno y Samu Castillejo, la última joya de Huelin

Revelación. Nuno tiene cautivado al Valencia. Por fuera y por dentro. Conocedor de cinco idiomas (además de portugués y español maneja italiano, inglés y ruso), en el club se valora su condición de estratega. Cada entrenamiento, cada rueda de prensa y cada mensaje son cuidados por el técnico. Y aunque es un tipo con carácter, se aprecia su talante paternalista y divertido en el vestuario. Amante de la tecnología aplicada al fútbol, Nuno considera fundamental a sus ayudantes.

Sus hombres. Al preparador físico, Antonio Dias, que venía del mundo del baloncesto, y Rui Silva, segundo entrenador, los trajo del Oporto. Su mano derecha, no obstante, es Ian Cathro, un chico de apenas 28 años al que conoció en Largs (Glasgow), en un curso de la Asociación Escocesa. Cathro trabajaba con niños de doce años en el Dundee United. Quince minutos de conversación fueron suficientes para que le ofreciesen trabajo en el Rio Ave. Nuno tiene un año de contrato en el Valencia (renovación automática si va a Champions), pero no puede estar más tranquilo. Es amigo personal de Peter Lim. Pinto da Costa, 32 años en la presidencia del Oporto, cuenta que jamás conoció a nadie más respetado en un vestuario que el ex portero.

Promesa. Abdullah Ghubn, el aparatoso vicepresidente que el jeque colocó para llevar los asuntos del Málaga, también tuvo excentricidades positivas. Valedor del fichaje de Isco, también se empeñó en que siguiese en el club Samu Castillejo, sensación blanquiazul del inicio de Liga. Para retenerlo, el Málaga le hizo un contrato elevadísimo para sus entonces escasos 16 años: 1,6 millones en cinco años. Samu, del muy malagueño barrio de Huelin, buena zurda y velocidad endiablada, ha tenido que bajarse el sueldo pero es el ojo derecho del vestuario y, hasta que estuvo allí, lo fue de Fernando Hierro.

Religión. Tal vez el gol más heroico de la última jornada lo marcó Hemed Tomer. Y no porque fuera casi al final. El israelí pasó el día anterior en ayunas por motivo del Yom Kippur. En ocasiones, el Día del Perdón ha generado incompatibilidades en deporte. En 2006, el reputado David Blatt, hoy entrenador de los nuevos Cavaliers de LeBron James, se negó a dirigir a su equipo (Benetton) en la Supercopa italiana: “Como judío que soy, la decisión es fácil para mí”.