Escaparate y también obligación

Nos sacan de la Liga o la Champions y parece que todo nos sobra. Tenemos una querencia a olvidar que una de las obligaciones de la FIFA es proyectar el fútbol en todo el planeta. Desde esa perspectiva es desde la que hay que ver el formato actual del Mundialito de Clubes de Marruecos, un país enamorado del fútbol y de la Liga. Para el Real Madrid, la gran atracción del cartel y el gran favorito por muchos cuerpos de ventaja, es un enorme escaparate.

En lo económico, una oportunidad inigualable de proyectar la imagen del club como referente en todos los continentes. En lo deportivo, es el único torneo de clubes mundial y proclama al mejor club del planeta en una versión extendida de la histórica Copa Intercontinental, aunque los nombres de los participantes puedan sonar a poco. Si están allí es porque se lo han ganado. Está claro que incluso Cruz Azul o San Lorenzo de Almagro, si acaban pasando, son rivales inferiores al Madrid. Hay que tomárselo muy en serio. Refrendar La Décima, ganando el Mundialito, se antoja una obligación para coronar un año histórico y pasar una Navidades tranquilas.