El varapalo de la Sub-21, el efecto Messi y el homenaje a Artetxe

Incertidumbre. Las dudas que afectan a la Selección Absoluta tras los últimos partidos, el Mundial y el relevo generacional que está por cerrar han contagiado a la Sub-21. El todo o nada ante Serbia no superado deja al equipo sin Europeo y, más allá, sin Río 2016. El trabajo de años en la cantera es innegable, pero ahora tiene que seguir cuesta arriba y sin objetivos de competición en el horizonte cercano. Y apena.

‘Efecto Messi’. Neymar le hace cuatro goles a Japón, Messi marca dos en media hora. La confianza recuperada por el brasileño es directamente proporcional al juego que el argentino crea en el equipo (y de que se hable menos de lo que costó o dejó de costar, al menos hasta que el sábado se celebre la asamblea del Barcelona). Mañana hace 10 años de su aparición en la Liga. Con 27 años tiene a tiro de hat-trick el récord goleador de Zarra. Pero también suma más de 100 asistencias. Es para celebrar la efeméride de los diez años de ‘efecto Messi’.

Recuerdos y realidades. Hace 59 años Oporto y Athletic se midieron en la primera ocasión en la que ambos participaban en competición europea. Los bilbaínos ganaron ambos partidos con hat-trick de Artetxe incluido en el segundo. Ahora el Oporto busca el liderato del grupo H y el Athletic apura sus opciones de continuidad. Ojalá ese “cambio de tendencia” que todos quieren en Bilbao se diese y lleguen los goles y victorias, por qué no, como homenaje a uno de los mejores delanteros de su historia: José Luis Artetxe.

El gran partido. Desde Luis Suárez hasta Borja Valero se produjo un vacío de éxito entre los jugadores españoles que emigraban a Italia. Guardiola fue uno de ellos. Hizo una buena temporada en el Brescia, pero a la hora de la verdad, con el Roma, no sumó más de cinco partidos a las órdenes de Capello y volvió a Lombardía. En Champions, el martes, regresa al Olímpico en el encuentro más atractivo de la jornada.

De carne y hueso. Uno de los cinco partidos en los que Guardiola en la 2001-02 jugó con el Roma fue en Champions junto a De Rossi y Totti. Ambos siguen. Pero el mérito del goleador más veterano de la Liga de Campeones con 38 años no está en un pacto con el diablo que le haga inmune al paso del tiempo, sino su capacidad de adaptación. No cubre tanto campo, no tiene tanto recorrido, ni velocidad, ni es titular indiscutible. Pero lo compensa con talento, técnica y ceder el balón a quien está mejor situado. En suma, asumir menos físico para ser más Totti.