Juanma Trueba

España, dentro del laberinto

El proverbio es conocido: “Por un clavo se perdió una herradura, por una herradura se perdió un caballo, por un caballo se perdió una batalla y por una batalla se perdió un reino”. Ahora cambien el clavo por el delantero centro de la Selección absoluta. Ahora piensen en todas las piruetas que hemos hecho para interrumpir el suministro natural de delanteros cuando éramos campeones de Europa y del mundo. Por no contar con Llorente, Negredo o Soldado se reclutó a Diego Costa. Por no contar con ellos se aceleró el debut de Alcácer. Por acelerarlo, la Sub-21 se quedó sin gol el día que más lo necesitaba.

Admito que el análisis es simplista y no atiende a los detalles. Sin embargo hay una verdad incuestionable: desde que alteramos el orden natural de las cosas nada nos sale bien. El dato comienza a ser demasiado tozudo como para considerarlo una coincidencia. Hemos traicionado una forma de ser y por el camino hemos desatendido al quinto equipo de España, pues eso es La Rojita, detrás La Roja, el Madrid, el Barça y el Atlético, ordenen la relación como prefieran.

Duele perder y duele más perder sin merecerlo. Pero todavía molesta más no reconocerse en el espejo, no saber cuál será la siguiente pirueta.