Fernando Alonso asegura que tiene bajo control el ritmo de las negociaciones sobre su futuro. Puede que el asturiano sea demasiado optimista o quizá esté jugando al despiste, pero pienso que realmente no es así. El tiempo comienza a ser apremiante para sus intereses, sólo quedan tres grandes premios de esta temporada y los destinos disponibles son pocos, en realidad siempre lo han sido porque no hay demasiados volantes al nivel del talento del español. En los últimos días los rumores, especulaciones, hipótesis y declaraciones respecto al asunto se han multiplicado exponencialmente y creo que el desenlace podría llegar de forma inminente. Aclaro, para que no les surjan dudas a mis apreciados lectores, que no trato en este espacio de ofrecer informaciones novedosas, me limito a transmitir mis sensaciones, fundadas pero obviamente personales.

Lo que sí es algo más que una percepción subjetiva es que en Honda han comenzado a apremiar a Alonso para que tome una decisión. El proveedor de motores japonés tiene más urgencia en definir su proyecto de la que parecen mostrar en McLaren, entre otros motivos porque desearían poder anunciar el fichaje del ovetense justo antes o durante el GP de Estados Unidos, en el circuito de Austin. Se trata éste de un mercado de enorme trascendencia para los intereses de la poderosa marca de Hamamatsu y algunos de sus responsables creen que el bombazo mediático que supondría tal noticia es una forma inmejorable de comenzar su nueva etapa en la Fórmula 1. Veremos si el protagonista es capaz de alargar aún más los plazos, porque también creo que lo único que está retrasando oficializar la evidencia es que todavía mantiene una pequeña esperanza de que pueda producirse un terremoto en Mercedes que provoque la espantada de Hamilton.