Récord en Bollywood, el tatuaje de Negredo y el Betis de local en Nervión

Trotamundos. Sergio Contreras Pardo, Koke (1983), es hoy casi un anónimo en España, pero su récord es de Guiness. Desde que debutó con el Málaga en 2002, ha marcado en nueve ligas distintas: España (Málaga), Francia (Olympique), Portugal (Sporting), Grecia (Aris Salónica), Azerbaiyán (FC Bakú), Estados Unidos (Houston Dynamo), Alemania (SV Jahn Regensburg), Bolivia (Blooming). Su última conquista es India. Este fin de semana se estrenó con el North East United, equipo en el que tiene como compañero a Capdevila (“un campeón humilde”). La experiencia, cuenta a este periódico, es apasionante.

Relato. “El primer día me quería ir. Llegué a Delhi y ni salí de allí. Luego nos trajeron aquí, a Guwahati, por una carretera llena de vacas y cabras. La comida no podía tener más picante hasta que nos trajeron un cocinero. Pero ya estamos bien. La gente está loca con el fútbol. Hay ambiente, dinero, grandes patrocinadores. Nuestro dueño es actor de Bollywood”. Sólo una queja: “¡No hay ni una cerveza!”. Nada como su Teatro Romano en plena Alcazabilla malagueña.

Luchador. Al fin, Negredo ha recibido el alta médica. Por su talante, sin embargo, a este hijo de taxista y ama de casa le ha costado menos que a muchos estar 86 días fuera de la actividad. “El camino puede ser largo, en él también podrás encontrar obstáculos e incluso tener que obviar atajos, pero al final está escrito”, se lee en un tatuaje que se hizo hace un tiempo en el tórax izquierdo. No es el único de Negredo, que se dibujó la huella de su hija Aitana cuando sólo tenía tres días. Además, luce una ‘A’ y una ‘C’ cruzada con una ‘L’ en referencia a su matrimonio (Álvaro y Clara) y una estrella para su otra hija, Clara.

Cortesía. El Betis- Las Palmas del pasado fin de semana permitió rescatar una buena historia. Decano Deportivo, diario de nueva tirada en Sevilla, publicó un curioso reportaje. Bajo el titular “el día que el Betis fue local en Nervión”, recogía cómo el Sevilla, gracias a la buena relación de los dos presidentes (Juan Manuel Mauduit y Eugenio Montes Cabeza), cedió el Ramón Sánchez Pizjuán para que el Betis jugase allí el 28 de septiembre de 1980. “La afición bética agradece al Sevilla la gentileza que ha tenido al cedernos su campo”, se leía en una pancarta en la grada.