El presidente Montezemolo se despide a su estilo

Carezco de argumentos suficientes para valorar la labor empresarial de Luca di Montezemolo al frente de Ferrari, imagino que habrá sido satisfactoria porque se trata de una marca legendaria que mantiene un buen negocio. Por el contrario, mi opinión sobre su liderazgo en la escudería de F-1 es menos favorable. Empezando por lo evidente, es decir, que como presidente era el principal responsable de los resultados, buenos o malos, y ya sabemos cuál es el balance de los últimos años. De hecho, mi sensación con la perspectiva que da el tiempo es que Stefano Domenicali se vio condicionado en todo momento por las directrices de su jefe, que dirigía desde la trastienda el proyecto pero sin ser capaz de encontrar soluciones para problemas clamorosos.

Desde esta semana, Montezemolo ha dejado oficialmente su cargo y ha decidido despedirse a lo grande, a su estilo. Una de las cosas que más le ha gustado, siempre, ha sido figurar, acaparar protagonismo, dejar claro quién mandaba… Así que no iba ser diferente al marcharse y ha soltado una bomba que, sin aportar novedades a lo que ya se sabía, puede precipitar los acontecimientos y enrarecer más el ambiente. Alonso decía que controlaba la situación y marcaba los tiempos de las negociaciones, pero tengo la impresión de que la confirmación del ya expresidente de su adiós a Maranello no le ayuda mucho. No creo que deba ser un exdirectivo quien haga pública una ruptura de tanta trascendencia y menos cuando le viene en gana.