La apuesta valiente de Alzamora

No puedo adivinar, obviamente, si Álex Márquez ganará el título mundial de Moto3 y menos incluso si se podría producir la carambola de que el campeón fuera su compañero Álex Rins. Pero independientemente de lo que ocurra en este desenlace de la temporada, quien ya se ha ganado todo mi reconocimiento es el jefe de ambos, Emilio Alzamora. A finales del pasado año decidió abandonar una apuesta ganadora como era KTM para jugárselo todo a una mano incierta como la de Honda. Muchos no entendieron la maniobra, pero cuando escuché al excampeón mundial de 125cc que lo tenía tan claro, yo también me convencí de que la oposición a las poderosas motos austríacas era posible. Y vaya si lo ha sido…

Admiro esa determinación de Alzamora, el valor de salir de su zona de confort y confiar en un proyecto tan incierto, con tantas incógnitas. El potencial de Honda como gigante del sector de la moto es indiscutible, pero tan centrados como estaban en MotoGP (sin olvidar que son el proveedor exclusivo de motores de Moto2) podíamos pensar que Moto3 estaba lejos de ser una prioridad para ellos. De hecho, la pretemporada nos empujó a temer lo peor para los intereses de los Álex, la moto no iba ni para atrás. Recuerdo que por entonces hablé con Emilio y me dijo que estuviera tranquilo, que el compromiso de los japoneses era formal y que los resultados llegarían. No se equivocaba y por eso gran parte de la resurrección de la marca japonesa en la categoría pequeña es su responsabilidad, ha creído en la aventura y con su ánimo ha impulsado a HRC a estar al nivel que se les supone, en lo más alto.